Descifrando la intolerancia a la lactosa: Causas, Síntomas y Tratamiento

Descifrando la intolerancia a la lactosa: Causas, Síntomas y Tratamiento

Índice

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

¿Te han diagnosticado intolerancia a la lactosa y no sabes muy bien que es? Quédate que te explico todo lo que necesitas saber sobre este problema digestivo.

La intolerancia a la lactosa se produce cuando nuestro sistema digestivo es incapaz de digerir la lactosa. Esto se debe a la falta de actividad enzimática intestinal de lactasa, lo que significa que no hay lactasa suficiente para hidrolizar (romper) la lactosa en monosacáridos (glucosa y galactosa) para poder ser absorbida.

La lactosa es un disacárido formado por una molécula de glucosa y otra de galactosa, y es el principal azúcar que se encuentra de forma natural en la leche y los productos lácteos.

Desde el momento del nacimiento, se observan niveles elevados de lactasa en el intestino delgado. Sin embargo, tras el proceso de destete, estas concentraciones experimentan una marcada disminución.

Se estima que esta reducción afecta aproximadamente al 75% de la población a nivel mundial, incluso cuando se consume este azúcar de manera continuada. Se sabe que, incluso en adultos que mantienen niveles elevados de actividad de lactasa, con el paso del tiempo, estas concentraciones tienden a decrecer.


Causas principales

La deficiencia de lactasa puede estar causada por varios motivos:

  • Déficit primario congénito de lactasa: Se trata de una afección poco común que se presenta desde los primeros días de vida. En esta situación, no se registra actividad alguna de lactasa en las vellosidades intestinales, a pesar de que la mucosa intestinal es normal. Los síntomas característicos de esta afección incluyen diarrea acuosa severa, deshidratación y pérdida de peso cuando se introduce la leche en la dieta. Sin embargo, estos síntomas desaparecen cuando se excluye la lactosa de la alimentación.

💡 En los bebés prematuros, es común que haya una disminución temporal en la actividad de la enzima lactasa durante el primer mes de vida. Sin embargo, se trata de una anomalía transitoria, ya que la lactasa es la última de las disacaridasas en alcanzar niveles normales de concentración en el organismo.

  • Déficit primario adquirido de lactasa: Esta es generalmente la causa más frecuente y también suele denominarse “hipolactasia del tipo adulto” o “déficit de lactasa hereditario”. En esta situación, las concentraciones de lactasa al nacer suelen ser elevadas, pero estas concentraciones disminuyen gradualmente con la edad debido a factores genéticos. En otras palabras, la capacidad de mantener niveles adecuados de lactasa se hereda. Por lo tanto, incluso si una persona continúa consumiendo productos lácteos, es posible que las concentraciones de lactasa disminuyan de todas maneras.

  • Déficit secundario de lactasa: En este caso, la insuficiencia de lactasa puede surgir como consecuencia de una enfermedad intestinal. Cuando se produce un daño significativo en el epitelio intestinal, esto conduce a una disminución general en la actividad enzimática de la superficie del tejido epitelial. La buena noticia es que si se aborda y resuelve la enfermedad que provoca esta deficiencia, también se soluciona el problema de la intolerancia a la lactosa.


¿Cómo se diagnostica?

Antes de hablarte del diagnóstico, es importante distinguir entre los distintos términos relacionados con el metabolismo de la lactosa. No es lo mismo presentar malabsorción a la lactosa que intolerancia a la lactosa. Así que te explico que son:

La malabsorción de lactosa significa que la lactosa ingerida no se absorbe en el intestino delgado, pero la persona no tiene porque experimentar molestias al consumirla.

En cambio, en el caso de intolerancia a la lactosa, la persona experimenta síntomas debido a la malabsorción de lactosa después de ingerir productos lácteos.

En cuanto al diagnóstico, los síntomas que aparecen después de consumir alimentos con lactosa son el primer indicio de una posible intolerancia. Además de evaluar los síntomas, existen dos pruebas para confirmar el diagnóstico:

  • Test de aliento (Hidrógeno y metano espirado): Es la prueba más utilizada. En esta prueba se mide la excreción de hidrógeno y metano después de ingerir una dosis concreta de lactosa. Si la lactosa no es digerida en el intestino delgado, ésta llega al colon intacta y es fermentada por la microbiota intestinal, produciendo gases como el metano y el hidrógeno. Estos gases se liberan en parte en la circulación sanguínea y se expulsan a través de la respiración (aliento). Si, durante la prueba, la persona experimenta síntomas y además presenta valores elevados de gases, se confirma la presencia de intolerancia a la lactosa. En cambio, si los valores de gases son elevados en la prueba pero la persona no presenta síntomas, esto indicaría malabsorción de lactosa.

  • Prueba de tolerancia a la lactosa: Esta prueba se utiliza con menos frecuencia. En este caso, se realiza una medición de los niveles de glucosa en la sangre. Se suministra una cantidad específica de lactosa y se registran los niveles de glucosa en la sangre antes y después de la ingesta de lactosa. Si, después de consumir la lactosa, la persona experimenta síntomas y los niveles de glucosa en sangre se mantienen estables, esto indica que no se ha logrado digerir la lactosa adecuadamente.

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¿Qué síntomas causa la intolerancia a la lactosa?

Como ya te he comentado, las personas que tienen bajas concentraciones de lactasa no pueden hidrolizar (romper) la lactosa, por lo que este disacárido llega al intestino grueso intacto, donde es fermentado por la microbiota intestinal.

De esta fermentación, se producen gases como el Hidrógeno (H2), el dióxido de carbono (CO2) y ácidos grasos de cadena corta (AGCC). Estos productos son los que producen los síntomas, aunque, concretamente la producción de AGCC son necesarios para la salud del colon, así como para el buen funcionamiento del sistema inmunitario.

En cuanto a los síntomas, estos pueden aparecer de entre 30 minutos a 2 horas después de haber consumido productos lácteos o productos con lactosa.

Esta malabsorción de la lactosa provoca los siguientes síntomas:

  • Diarrea
  • Dolor abdominal
  • Flatulencias o gases
  • Hinchazón abdominal
  • Náuseas

Como ves, estos síntomas son bastante frecuentes y pueden deberse a otras afecciones, por lo que no deben ser considerados un diagnóstico por sí solos.


¿Cuál es su tratamiento?

El tratamiento principal en personas con intolerancia a la lactosa o malabsorción es el tratamiento dietético, que consiste en seguir una dieta que excluye completamente la lactosa.

Una vez eliminada la lactosa, si los síntomas desaparecen, y si se quieren tomar lácteos, se puede hacer una prueba de tolerancia. Pero te recomiendo que te pongas en manos de una nutricionista especializada en digestivo para que te pueda asesorar como hacerlo.

La prueba a grandes rasgos, consiste en ir probando diferentes cantidades de productos lácteos e ir aumentando la cantidad gradualmente, para valorar cuál es tu nivel de tolerancia a la lactosa. La mayoría de personas con intolerancia o malabsorción suelen tolerar hasta 7g de lactosa por ración sin presentar síntomas o hasta 12g si se consume junto con otros alimentos.

Aunque hay que tener en cuenta que existen varios factores que influyen en la absorción de la lactosa, como la cantidad de lactosa consumida, la actividad enzimática residual de la lactasa, la ingesta simultánea de otros nutrientes con la lactosa e incluso, la capacidad de la microbiota intestinal para fermentar este disacárido. Además, es crucial evaluar tu propia tolerancia a la lactosa, ya que cada individuo tiene niveles diferentes.

Para que te hagas una idea, aquí tienes una tabla con el contenido aproximado de lactosa de los diferentes productos lácteos:

AlimentoGramos de lactosa
Leche de vaca (250ml)12,5g
Crema de leche (100g)2g
Yogur desnatado (125g)7g
Queso curado, semi y blando (100g)0-2g
Requesón (100g)2-3g

💡 Los quesos más curados son los que menos lactosa contienen y los mejor tolerados. Por otro lado, los yogures suelen ser también bien tolerados debido a que las bacterias vivas que contienen fermentan la lactosa, reduciendo su cantidad en un 25-50%.

Además de los productos lácteos, es importante tener en cuenta que la lactosa se utiliza como ingredientes o aditivo en otros alimentos o productos. Te sugiero revisar las etiquetas de los productos envasados y no consumirlos en caso de que aparezca en la lista alguno de estos ingredientes:

  • Lactoproteínas
  • Lactitol o E 966
  • Monohidrato de lactosa
  • Sólidos lácteos
  • Grasas de la leche
  • Suero o suero de leche o suero lácteo

Así que, si has eliminado completamente la lactosa de tu dieta y todavía experimentas síntomas, te recomiendo que acudas a un especialista para que valore tu caso. Como te mencioné en la sección de ‘Principales causas’, la intolerancia podría ser consecuencia de otras afecciones digestivas como; la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), la enfermedad celíaca o el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (conocido como SIBO).


Si no puedo comer lácteos ¿Qué como?

Como ya te he dicho, en la mayoría de los casos, no es necesario eliminar por completo el consumo de lácteos, pero en el caso de que sea necesario o se quieran eliminar por elección propia, es importante que tengas en cuenta que hay otras fuentes de calcio.

En primer lugar, puedes elegir productos lácteos sin lactosa, como la leche o yogures sin lactosa. Sin embargo, si prefieres explorar otras alternativas, aquí tienes una lista de alimentos de origen vegetal y animal ricos en calcio que puedes incorporar en tu dieta, y que te ayudarán a cubrir las necesidades nutricionales recomendadas:

  • Vegetales, hortalizas y tubérculos: brócoli, acelgas, espinacas, judías verdes, patatas…
  • Pescados: sardinas en conserva, anchoas, boquerones,…
  • Mariscos y moluscos: almejas, mejillones, langostinos…
  • Legumbres: garbanzos, judías blancas, soja,…
  • Frutos secos: almendras, avellanas, cacahuetes…
  • Semillas: semillas de sésamo, tahini, chía…

Como ves, la intolerancia a la lactosa no tiene por qué limitar tu alimentación ni tu calidad de vida. Tienes opciones para continuar consumiendo lácteos si quieres o bien puedes pasarte a otras opciones también muy nutritivas y saludables.


Conclusiones (Take Home Message)

Los lácteos no son esenciales, pero son una fuente importante de calcio. Deberás asegurarte de consumir otras fuentes ricas en calcio si decides no incluir lácteos en tu dieta.

Recuerda que si deseas incorporar lácteos a tu alimentación, deberás evaluar tu nivel de tolerancia para determinar las cantidades que puedes consumir sin experimentar molestias. Por lo general, se suele tolerar hasta 7 gramos de lactosa por ración, y su digestión es más efectiva cuando se consumen junto con otros alimentos.


Referencias

Mahan, L. K., Escott-Stump, S., & Raymond, J. L. (2021). Krause dietoterapia. Amsterdam: Elsevier.

Salas-Salvadó, J., i Sanjaume, A. B., Casañas, R. T., i Solà, M. E. S., & Peláez, R. B. (Eds.). (2019). Nutrición y dietética clínica. Elsevier Health Sciences.

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